Entró en silencio, se sentó, sacó su libreta, anotó algo.
No miraba nada en particular pero era evidente que lo veía todo; aunque él no mira, él observa cada detalle sin que los demás parezcan darse cuenta. Y más que mirar radiografía, noté su inspección en la colleja, una inspección azul, intensa, curiosa y escéptica, sin sorpresas. Una mirada que esconde historias hasta que decide abrir la puerta e invitarte a verlas.He descubierto ciudades a través de esa mirada, gente viva y muerta, ideas, alguna esperanza, melancolía, sexo, amor, alegrías y tristeza, desprecio y agotamiento. He descubierto universos que entraron al azul y regresaron de nuevo transformados en versos.
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