viernes, 28 de diciembre de 2007

Relato

Hace un tiempo encontré en la red el siguiente relato, para ser exacta lo hallé en el blog ¿A que me parezco a Jodorowsky?, y me gustó, que quieren que les diga, me gustó y punto. Así que he decidido compartir mi hallazgo. Tal vez haya quien lo considere una burrada, habrá quien ría y habrá quien se horrorice -las opiniones son como el esfínter, todos tenemos uno-; pero a mi me hizo reír y, de vez en cuando, siempre sin abusar, disfruto de unas buenas risas, así que aquí se lo dejo. Si usted es de los que al acabar ríen, me alegro mucho y que disfrute; si por el contrario es de los horrorizados, anote un comentario y ya veremos que discusión abrimos; y si es de los que "a mi ni fu ni fa", no deje nada, no pierda el tiempo.

A todos y todas ustedes, en general, les deseo un buen final de año, excédanse lo justo y gocen al máximo que el 2008 vendrá con lo que tenga que venir.

¡Salud!

Relato

Elena corrió hacia el bosque.

Fin.

Detalles que quizás te hayas perdido.

a.- Al comienzo del relato Elena no está en el bosque.

b.- Se omite intencionadamente cualquier referencia al motivo por el cual Elena corrió hacia el bosque.

c.- Se entiende que Elena corrió para llegar antes que si hubiera ido andando.

d.- Al final del relato, cuando Elena corre hacia el bosque, el lector podría intuir como un abandono de la realidad y/o una búsqueda de la felicidad. Allá él.

Datos adicionales.

a.- Para la elaboración del relato fueron utilizadas 24 letras de las cuales 13 son vocales y las restantes tan solo son consonantes.

b.- Para facilitar la comprensión del relato fue necesario repetir algunas letras.

c.- Cuando se propuso a las vocales participar en el relato todas estuvieron de acuerdo excepto la u que, si bien accedió a ser utilizada, se negó a ser pronunciada.

d.- Las 24 letras se distribuyeron formando 5 palabras lo que obligó a dejar 4 espacios entre ellas.

e.- Se ha demostrado que cambiando las 5 palabras se obtiene un relato completamente diferente. Ejemplo: Bush la cagó en Irak.

f.- Elena, al igual que todo objeto con masa, genera gravedad hacia los objetos que le rodean. Generalmente, cuanto más grande es la masa de Elena, más gravedad produce. Este hecho se rompería ante la presencia de un agujero negro o ante una estrella de neutrones cuyas masas son muy pequeñas pero sin embargo la fuerza de la gravedad es enorme.

La crítica ha dicho.

No lo entiendo.
“El País”

Con su habitual estilo ameno y refrescante, Bart nos sumerge esta vez en el universo de Elena, una persona que corre hacia el bosque. Imprescindible.
“La Vanguardia”

Pero es que no lo entiendo.
“El País”

Y que más da ¿tu no cobras por criticar?
“La Vanguardia”

Si, claro.
“El País”

Pues eso.
“La Vanguardia”

Agradecimientos.

El relato de Elena no hubiera sido posible sin la estimable ayuda de:

El Sr. Garrido, alias “El apache” , profesor de Literatura durante los cursos de 2º y 3º (1972 – 1973) de Bachillerato en la escuela “Jesús, María y José” en San Andrés, Barcelona.

ADENA, por su perseverancia en la lucha por la conservación de los bosques.

La Federación de Atletismo de Catalunya, por su contribución al buen estado físico de Elena.

Las teclas e, l, n, a, c, o, r, i, h, b, s, q, u, . , ´, Mayús y barra espaciadora del teclado Logitech número de serie BDN 33246999.

Las galletitas “¡Humm, qué ricas!” de la marca Hacendado.

Bibliografía consultada.

Doce maneras de ir al bosque. Tagore, Juan. 8ª Ed. Ediciones El Rosicler de la aurora, 1958. 427 pag.

Nombres de mujer. Varios autores. 19º Ed. Simon&Simon, 2002. 12.562 pag.

Playboy. Edición especial “Mujeres desnudas corriendo” nº 315, 1962. 35 pag.

Bibliografía generada.

¿Adónde vas Elena?. Roosevelt, Gertrud. 24ª Ed. Bart Editions, 2007. 6552 pag.

Alguien se acerca. Juan El Bosque. 1ª Ed. Bart Editions, 2007 . 7015 pag.

La cueva de Platón y el bosque de Elena. Katherine Mackenzie. 22ª Ed. Bart Editions, 2007. 30205 pag.

Wenn ist das Nunstück git und slotermeyer? Rossenthal, Otto. 1ª Ed. Bart Editions, 2007. 815 pag.

domingo, 9 de diciembre de 2007

Placas conmemorativas

Todos hemos visto alguna vez una placa conmemorativa. Hay placas dedicadas a excelsos miembros de nuestra sociedad, del estilo: "Aquí nació y/o vivió don Fulano/a de Tal...", alguna de las cuales con textos que, sin duda, elevarán nuestro miserable y putrefacto espíritu hasta el 4º piso derecha, o el 2º piso, por supuesto también derecha, del cielo redentor al que se acude sin alpargatas, o sandalias (como por ejemplo esta). Las hay dedicadas a edificios, o mejor, a personas que inauguraron esos edificios: "Este centro fue inaugurado por Mengano/a de Cual el día X, del mes Y, del año Z"; las que recuerdan lugares donde ocurrió algo (¡Deténgase! Aquí está el Imperio de la Muerte) y lugares donde no ocurrió nada. Están las placas que acompañan estatuas de ilustres personajes y/o monumentos ; y, como no, las que nos dedicamos a nosotros mismos o a nuestros familiares más queridos.

Pues bien, el caso es que ayer, estando en casa, aprovechando el largo acueducto constitucional-purísimo para escribir la segunda de las tres obritas de teatro que demandan mis tiernos alumnos infantes, escuche la risa divertida de mi costilla que se acercaba para mostrarme su hallazgo.

De todas las placas que he visto, ya sea in situ o en foto, esta es, hasta el momento, mi favorita. Puede que sea por su amable sarcasmo, o por su profundamente documentada exactitud en la fecha (la semaine dernière), o tal vez sea por su concreción en el énfasis con el que debe ser leída; el caso es que me gusta, y me divierte, y como el blog es mío, libertad tengo para mostrar lo que me de la real, o republicana gana. La mentada placa se encuentra ubicada en un pueblo de la Dordogne francesa, en la región de Aquitania, que no puedo concretarles porque, por inexperiencia, no lo anoté en su momento, encontrándome con el inconveniente de que la información, publicada en el periódico La Vanguardia del 8 de diciembre, requiere del pago de 3,00 € para ser revisada y, por cuestiones que ahora no vienen a cuento, no voy a pagar. Si usted, amable lector/a, conoce el pueblo y quiere compartir este dato le quedaré sinceramente agradecida.

Aquí la tienen.



Es por la más grande de las casualidades, que
HEMOS COMPRENDIDO,
la semana pasada,
¡QUE AÚN EXISTE GENTE QUE TIRA PAPELES AL SUELO!

sábado, 1 de diciembre de 2007

¡Papá, el cuento!

Hace unos días que escucho por la radio la última promoción lanzada por uno de los periódicos de mayor tirada de nuestro país. El anuncio se inicia con un señor que habla por teléfono con el que se supone es un/a compañero/a de trabajo. Tras un par de frases se oye a un niño increpar a su padre:

NIÑO: Papá, el cuento

El padre sigue su conversación sin hacerle el menor caso, y el niño insiste de nuevo:

NIÑO: ¡Papá, el cuento!

Llegados a este momento interpreté esta situación como un reclamo por parte de la criatura en cuestión hacia su padre, el subtexto en mi mente era algo así:

NIÑO: Papá, ven de una vez a contarme el cuento y deja ya de trabajar que no estás en la oficina sino en casa.

Hasta aquí me pareció fantástico. El niño que exige de su progenitor la atención que merece y no recibe. Sí señor, eso es lo que deberían hacer los hijos a sus padres, a las horas en que lo que toca es un vaso de leche y un cuento, pasar un rato con ellos/as, comentar como ha ido el día y ejercer en el cargo, que, a parte de querer expandir su ADN por el mundo y darle continuidad al apellido paterno tienen otras muchas obligaciones para con su prole y las practican poco, y si no querían que hubieran usado condón que van la mar de bien.

En estas andaban mis neuronas cuando el padre, que por supuesto no ha colgado el aparatito, vuelve a ser increpado por su vástago:

NIÑO: Papá, que hables más bajito que ha empezado el cuento!!

PADRE: Ah hijo, perdona.

Como acostumbran a mentar en La Mancha, "se me cayeron los palos del sombrajo". Entonces no se trataba de pasar más tiempo con la prole, aprovechando para ello la lectura de un clásico cuento infantil. No proponen que, a través de los dibujos en sus páginas de papel "cuché", padre e hijo dejen volar su imaginación con un clásico por ambos conocido. Ni siquiera rondan la tan "progre" idea de regalar un libro para que el padre pueda demostrar su faceta más intelectual y el niño pueda empezar a fardar en clase de su imponente biblioteca. No era una continuación del "Si tú lees, ellos leen". NO. El cuento en cuestión está en DVD, un DVD que el niño va a ver sólo, por que para eso está la caja tonta, para que los padres y madres puedan librarse de los niños tras una agotadora jornada de trabajo que proporciona el pan con el que alimentaran a la familia, y los hijos e hijas, gracias al mentado electrodoméstico, no tengan que inventar nuevas maneras de pasar el tiempo libre que les queda tras las clases del cole, la de inglés, teatro, natación y capoeira. Con esta brillante idea de cuentos en DVD, además, se logra crear un ambiente de hogar en el que no habrá conversación ni intercambio, pero todo pasará "en familia".

Y, yo me pregunto, ¿vale la pena enojarse por esto? Pues miren ustedes, no, no me enojo. Tal vez asome un somero apunte de indignación, la ceja se eleve por la frente para descender después hasta la nuca y deleitarse en la colleja necesaria para saber que aunque lo diga la radio y lo promocione un periódico yo seguiré prefiriendo pasar hojas, leer textos en voz alta e imaginar, con mi putativa, qué cara se le quedará a la liebre cuando ve que la tortuga le ha ganado la carrera. Pero bueno, que se le va a hacer, nunca fui una mujer moderna.