domingo, 31 de agosto de 2008

Shakespeare in fly

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Empieza a anochecer. Inquieta, Julieta revolotea por el salón; del sofá a la ventana, y de ahí a la mesa, cuando, de repente, aparece Romeo; radiante y nervioso, enamorado. Por fin ha encontrado a su amada. Julieta se acerca

Julieta:- ¿Cómo has venido aquí? ¿Por qué lo has hecho? Las paredes son difíciles de saltar y, siendo quien eres, el lugar puede ser mortal si alguno de mis humanos te ve.

Romeo:- He saltado los muros con las ligeras alas de mi amor. Los límites de piedra no pueden retenerme. El amor se atreve a todo y ni uno solo de tus humanos podría detenerme.

Julieta:- ¡Te matarán si te encuentran!

Romeo:- Hay más peligro en tus ojos que en veinte de sus palas matamoscas. Si me miras con dulzura ya me siento protegido contra su enemistad.

Julieta:- Por nada del mundo querría que te descubrieran.

Romeo:- El manto de la noche me protege. Si me amas, qué más da que me encuentren: prefiero morir por culpa de su odio, a la agonía de estar sin tu amor.

Julieta:- ¿Pero quién te ha guiado hasta este lugar?

Romeo:- El amor me ha guiado: cuando me daba consejos, yo le prestaba los ojos. No soy piloto, pero si tú vivieras lejos, en la orilla del vertedero más remoto, por ti me arriesgaría a emprender el viaje.

Julieta:- Sabes que el velo de la mosquitera cubre mi rostro; si así no fuera, lo verías ruborizado por lo que he oído esta noche.

Siguen hablando durante muchos segundos, declarándose su amor sin que nadie los escuche, cuando de repente, el ama, acalorada, descubre la ventana. Julieta sale veloz, uniéndose por fin a Romeo. Juntos para siempre, vuelan en pos de su destino, evitando, esta vez, la tragedia insecticida.

martes, 26 de agosto de 2008

Un año de zanguangadas

Hace unos días Pep vino a la habitación y me reclamó, un instante, para mostrarme algo.

Se trataba de una actuación de Astor Piazzolla, en el programa "Teatro 10" de RAIUNO, grabada en 1972 y que consta de dos partes. En la primera, Alberto Lupo presenta la actuación del Gran Astor con una introducción realmente interesante -teniendo en cuenta las presentaciones a las que estamos acostumbrados hoy en día-, donde además da a conocer al público italiano el instrumento protagonista del acto, el bandoneón. En la segunda parte, tras la actuación de Piazzolla y su orquesta, aparece en escena Mina Mazzini para cantar, acompañando a Astor Piazzolla por primera vez, "Balada para mi muerte".

Al acabar, con los ojos como platos y la boca abierta, totalmente alucinada ante semejante demostración de fuerza vocal y escénica -porque, aunque había escuchado alguna vez a Mina, esta era la primera vez que veía una actuación suya en directo, ¡y además con Piazzolla!-, dejé caer la mirada en la barra de vídeos relacionados de la derecha y me encontré con otro video, también de Mina, pero esta vez acompañada por Adriano Celentano, en el que interpretan, con los papeles invertidos, la que es, casi con toda seguridad, la mejor parodia de "Parole parole".

Hoy "La Zanguanga" cumple un año, justo el mismo día que la que suscribe cumple 37, y las dos seguimos con ganas de continuar buscando, observando, analizando, creciendo. Compartir el regalo que me hizo mi queridísima costilla me ha parecido que es una buena manera de celebrarlo, así que aquí se los dejo. Con todos y todas ustedes, presentados por Alberto Lupo: Astor Piazzolla, Mina y Adriano Celentano.


Astor Piazzolla live in 1972 (Intro by Alberto Lupo)



"Balada para mi muerte" (Piazzolla & Mina)



"Parole, parole" (Mina & Adriano Celentano)

sábado, 23 de agosto de 2008

Las olimpiadas y el olimpismo

Mañana terminan las olimpiadas y este año me las he chupado enteras, con madrugones incluidos, sobretodo la primera semana, para ver las pruebas de natación en directo. La verdad, me gustan las olimpiadas, son la excusa perfecta para ver en competición todas esas disciplinas deportivas que gozan de muy poco seguimiento mediático, como la esgrima (ésta con tan escaso seguimiento que de no ser porque Espein ganó una medalla de bronce, si te descuidas, ni te enteras de que existe), el ciclismo en pista, los saltos de natación, e incluso la propia natación, el triatlón, el piragüismo, el remo...

Pensándolo bien, las olimpiadas son una atracción turística, unas vacaciones la mar de deportivas, sin tener que abandonar el hogar, y además gratis (o casi). Pero claro, a poco que una se detenga a escuchar lo que se dice, de repente, algo empieza a oler a podrido en el olimpismo.

Precisamente sobre el espíritu olímpico reflexiona Pep Izquierdo en su último artículo: Las olimpíadas, la última utopía fascista, en La guillotina-piano.

"Tras el accidente de Barajas, el Comité Olímpico Internacional ha denegado el permiso para que los atletas españoles incorporen a sus uniformes cualquier signo de duelo. El argumento justificativo ya se lo avancé yo a mi mujer: si ellos podían personalizar sus uniformes para manifestar públicamente sus sentimientos, ¿por qué no los georgianos, o aquellos que estuviesen en desacuerdo con la ocupación china del Tibet, o contra la ocupación de Irak, o en su favor, o contra los musulmanes, o contra los judíos, o contra el vecino que se hurga la nariz? En otras palabras, contra el mismo y supuesto espíritu olímpico, que pretende ensalzar la hermandad entre los seres humanos, el olimpismo excluye de sus espacios cualquier manifestación del espíritu de esos seres. O mejor, se inhibe a la hora de decidir qué está bien y qué está mal."

viernes, 8 de agosto de 2008

Un poema folk

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Poco tiempo después de parir su ocurrencia,
segundo o segundo y medio más tarde,
pensó (otra vez):
"La idea, no cabe duda,
ha de ser popular".
Y con el ímpetu de descubrirse ideólogo
la hizo viajera:
portándola de boca en boca,
de padres a hijos,
de generación en generación.
Cruzó océanos, montañas y valles,
hasta acabar bellamente encuadernada.

Es innegable, a poco que cualquiera...
¡huy perdón!
a poco que unos cuantos
se detengan a observar,
que, aún carente del análisis más simple,
muchos "algunos" han decidido
que esa idea
es una buena idea,
porque se adapta
a una buena manera de ser.
No olvidemos que está escrita,
en letra de imprenta.

Y así pululan con enfermiza rectitud,
convencidos (ellos también)
de ser los nuevos, orgullosos y dignos
predicadores de la idea,
fieles mensajeros de la palabra,
ansiosos por alcanzar
-ateniéndose a sus méritos-
el bien merecido reconocimiento.

Finalmente han conseguido el éxito
como rapsodas amateurs
que eyaculan tras escucharse
en todas las escalas musicales.
Figurantes con línea
que celebran su vanidad
al contemplarse reflejados
en todas las superficies;
y ver siempre lo mismo,
y verse siempre igual:
¡Soy como soy!

Escultor aficionado
especializado en el modelado en
Pasta Jovi Endurecible:
No necesita cocción,
afina muy bien,
se desmoldea con facilidad
y, una vez endurecida,
se puede pintar,
barnizar,
pulir y cortar.
Una verdadera pasada.

A veces se me ocurre que
la mayoría de las ideas
son malas ideas,
sin una pared contra la que estamparlas.

Muy pocos gozan jugando al frontón.
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miércoles, 6 de agosto de 2008

Ponga una encuesta en su vida

Esta mañana, buceando por la red he ido a parar a buenos aires de diseño donde me he encontrado un enlace con el artículo: Cucarachas con termómetro, sobre encuestas, encuestadores y encuestados.

Apunta el artículo que: "Todo lo que sabemos sobre nuestras costumbres, fobias, manías y emergencias es el resultado de los hábitos de gente aburrida o que, justo esta tarde, estaba dispersa y con ganas de conversar." Y se pregunta: "¿Pero qué pasa con los demás, con los que contestan siempre NO a la invitación de ser acribillados con preguntas? ... ¿Qué champú usan los que no tienen tiempo para contestar boludeces? ¿Son infieles los matrimonios que no conversan por teléfono con extraños? ¿Practican deporte habitualmente aquellos que prefieren esquivar un micrófono por la calle? ... ¿Utilizan videojuegos violentos los jóvenes que a la hora que suena el teléfono del encuestador están en la hemeroteca estudiando? Nadie, absolutamente nadie lo sabe. Porque la enorme mayoría de la gente está en sus cosas."

Se me ocurre que tal vez, sería interesante organizar un Día Mundial del Encuestado (ahora que hay un Día de todo y para todo) en el que todos, los que de normal aceptan ser encuestados y lo que no, buscáramos un encuestador, o encuestadora, y nos sometiéramos a sus preguntas. O incluso proponer el Día Mundial del Encuestador Encuestado, en el que las víctimas de encuestas podamos interrogar a cualquier encuestador que se nos ponga por delante y pasar los resultados, y la factura, a la empresa anunciadora. Constará como actividad profesional en el currículum vitae y/o como calmante para el alma dolida.

¿Cambiarían los resultados? ¿Descubriríamos que somos una sociedad diferente? ¿Acabaríamos con las encuestas? Por supuesto que no. Pero aquel que no ha sido interrogado en su vida, tal vez vivirá una nueva y enriquecedora experiencia sin la tensión que supone blandir la negativa (no se si este espectro de la ciudadanía sería merecedor de practicar la segunda propuesta, dado que no ha sido previamente sometido). Los que sí lo han sido, por aquello del, bueno, va que el tipo/-a, se gana así la vida, total ¿qué son 10 minutos más o menos?, y además me regalan un bolígrafo (yo soy un claro ejemplo), lo podríamos concebir como una diversión, un momento de relax: "Por supuesto, pregúnteme sobre champús y preservativos, me apetece informar al mundo y marcar tendencias; o: “Usted, dígame, ¿ha sufrido alguna enfermedad venérea?, ¿qué prefiere: inyección o píldora?". El encuestador/-a profesional, que cobra por encuesta realizada, seguro que agradece la paga extra que el Día Mundial del Encuestado le proporciona, o, en la versión B, el placer que supone verse en el otro lado de la acera y recibir su bolígrafo de marca. Finalmente, respecto a ese 11% de aburridos y drogados, con toda seguridad alcanzarán el éxtasis al verse justamente homenajeados por su tenaz perseverancia, y en lo referente a la segunda propuesta... ves a saber que les parecerá, pero bueno, sólo son un 11%.

sábado, 2 de agosto de 2008

A propósito de John Lennon

A RC

El SÍ en el techo, sobre la escalera,
fue lo que más le impactó.

Aunque...


... tal vez el SÍ sea un NO
reflejado en el espejo.