sábado, 17 de mayo de 2008

Lo que hay que aguantar

Hace un tiempo me llegó uno de tantos pepeéses que se envían entre amigos y amigas (o no, a veces dudo de cierto tipo de amistad) en busca del beneplácito personal, pretendiendo que tomemos consciencia de nuestro ser y condición, o, sencillamente, porque, acompañados de una música bonita y tierna, nos parece una encanto de "presentación".

Una de estas "presentaciones", y dándome cuenta de que por desgracia, tenemos el hábito de leer terriblemente atrofiado, hizo que iniciara una serie de mails analíticos a partir de lo que en ellos se dice. Y es que nos mandan pogüerpoins, los vemos y, al acabar, no somos capaces que recordar lo que se cuenta en ellos. ¿Por qué los abrimos entonces? Tal vez porque como "rebaño" nos conformamos con las imágenes y/o la tierna banda sonora, además del comentario de quien nos lo envía, que, por descontado, tampoco lo ha leído con la debida atención. Así que me he decidido.

Abro un nuevo apartado en este blog, destinado a repartir, a diestro y siniestro, los convenientes TUNCKS! para que todo aquello que se dignen a abrir en su correo diario, a partir de ahora, conlleve, al menos, un mínimo análisis en favor de su sanidad mental y/o espiritual. Si a partir de ahí deciden que todo está bien, eso ya es cuestión suya y no conllevará crítica alguna por mi parte.

El pepeése que inició mi periplo como analista se titula "Así es una mujer" (si quieren verlo pinchen sobre el enlace) Trascribo a continuación mis reflexiones al respecto:

Con todo cariño lo digo pero también con firmeza.

Me ha llegado el pps "Así es una mujer" y, ¿qué queréis que os diga? Muy bonito, muy tierno, y muy indignante que nos conformemos con esto.

O sea, que a la mujer la hizo un ser inexistente, macho, mientras discutía, enorgullecido de su creación, con otro ser asexuado y con alas; y según el primero, el "modelo estándar" de mujer es de la siguiente guisa:
  • Lavable
  • No plástica
  • Con al menos 200 piezas cambiables (¿cambiables por qué otra cosa?)
  • Suave al tacto
  • Capaz de funcionar a base de sobras o cualquier cosa
  • Capaz de acomodar (me encanta lo de acomodar) hasta 4 niños. (¿Y por qué no 6, como ya ha ocurrido; o, ya puestos, 10 y entramos en el Guiness?)
  • ENTREGADA a jornadas de trabajo de 18 horas
  • MUY ENTREGADA a TODO el mundo.
  • Capaces de curar a los demás y curarnos solas. (Se ve que todas nacemos licenciadas en medicina, psiquiatría y farmacología, y por eso NUNCA necesitamos ir al especialista, y si vamos es todo cuento)
  • Llorona
  • Y gracias, ¡Oh Señor!: "No solamente será capaz de pensar sino también de razonar y de negociar"
Estoy de acuerdo en una cosa: Se nos olvida cuanto valemos, del mismo modo que olvidamos toda la serie de topicazos machistas y estúpidos de la lista de arriba, que a mi entender es lo primero que deberíamos recordar y combatir.

¿El pps, lo hizo una mujer? Lo dudo mucho (al tiempo que deseo que no lo hiciera).

Tal vez para una mujer anclada en el siglo pasado esto fueran elogios, pero en el XXI, "Acomodar a 4 niños" no es un elogio, es una putada; "Funcionar a base de sobras", un menosprecio descomunal e indignante; "Estar entregadas a todo y a todos", una cruz a cuestas por culpa de la maldita educación católica que nos obliga a entregarnos nosotras mientras el hombre recibe... Y perdonadme, no sólo "somos capaces de pensar, razonar y negociar", sino que pensamos, razonamos y negociamos, continuamente, y, demasiadas veces, en contra de nuestro propio deseo y preferencia.

Sí, definitivamente se nos olvidan muchas cosas: nuestra libertad de decisión, de ejecución y de elección; nuestra capacidad intelectual y nuestro derecho a cultivarla; nuestra independencia... De todo esto, el pps ni habla, ni apunta maneras. Así que amigas mías, ¿de verdad os conformáis con ser suaves y no estar hechas de plástico? Vosotras mismas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Eres la caña. Me encanta leerte porque tienes toda la razón. Yo tambien estoy de acuerdo en que se nos olvida cuanto valemos, es más, yo añadiría otro punto a la lista: ellos no sabrían qué hacer sin nosotras.Me encanta haberte conocido.Un beso
Chelo

gemma peris dijo...

Hola Chelo:

Muchas gracias por lo de que soy la caña, espero que te refieras a esas que son huecas y van cargadas de dardos. :-p

Respecto a que los hombres no sabrían vivir sin nosotras se me plantea un pero y es el siguiente, a ver a ti que te parece: No me gustaría cargar sobre mis hombros la responsabilidad de tener que guiar y dirigir a un hombre porque es incapaz de hacer nada sin mi. Que vuelva a la escuela, o a donde le dé la real gana, pero que no toque las narices. Y cuando pueda andar solito ya hablaremos, ¿no?.

Un abrazo

Gemma