lunes, 22 de diciembre de 2008

La navidad y el transporte público

El ayuntamiento de Valencia, con la siempre magnífica Rita Barberá al frente, insta a los ciudadanos y ciudadanas valencianos a utilizar el transporte público durante las fiestas navideñas.

El consejo es excelente, de verdad, magnífico; y esa era nuestra pretensión, sobretodo porque Pep y yo no tenemos otro tipo de transporte más que el público, para ir adonde quiera que vayamos. Así que, en realidad, no es que nosotros fuéramos a aprovechar el maravilloso consejo de nuestra alcadesa y sus conselleres sino que no nos queda otra, si queremos llegar a las, para mi gusto, demasiado abundantes reuniones familiares y sociales a las que obligan las fiestas.

Bien pues, animada ante la suposición de que el consejo iría acompañado de un sustancial aumento en la frecuencia de los trenes de nuestro sistema de transporte metropolitano, entré en su web para organizar horarios y me encontré con la misma y exacta situación del año pasado... y del anterior... y del anterior... No sólo no aumentan la frecuencia, sino que ¡¡¡la reducen!!!

Con lo cual, si usted tiene que cenar fuera de su hogar la noche del 24 y/o la del 31 (que son las más frecuentemente alcohólicas del año): o reserva, y digo bien, reserva un taxi; o lleva su coche y no bebe; o bebe y lleva su coche y se arriesga a una multa, o directamente a palmarla en la carretera; o alquila un utilitario (con los mismos riesgos que comporta el propio); o hace el camino (no el de Santiago, sino el de ida y vuelta hacia el ágape) en el coche de San Fernando, un ratito a pie y otro andando. Pero no podrá, de ninguna de las maneras, utilizar el transporte público, porque precisamente esas noches NO HAY TRANSPORTE PÚBLICO.

¿A nadie se le ocurrido avisar a Súper Rita de esta gran cagada, antes de cometer una cagada aún mayor recomendando el uso de algo que es imposible utilizar?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Saludos.
Le escribo para hacerle efectiva la invitación a mi blog.
En él inserto un artículo en el que advierto a todos los que quieran leerlo lo que me ocurrió con el Santander Central Hispano. Yo caí… hasta cierto punto, en el engaño. Pero al menos mi experiencia valdrá para que otros no sigan mi camino.
La verdad, nunca aguanté la mentira.
Sobra decir que siempre que lo desee será bien recibido en mi humilde espacio virtual.
Un abrazo desde Gran Canaria.