martes, 2 de septiembre de 2014

Crónicas de viaje I: Verdú-Urdeix

Aquí me tienen de nuevo, empezando un curso/año nuevo y tras unas más que merecidas e imprescindibles (este año sí) vacaciones. Mis primeras vacaciones sola ever, en un entorno absolutamente alejado de mis apetencias urbanitas.

Y es que, tras meditarlo no demasiado, porque no había mucho tiempo, y tener que descartar Londres, Dublín o París, porque no había demasiado dinero, se me ocurrió que dado que lo que necesitaba, de verdad, era una desconexión total y absoluta, lo suyo era irse a un lugar donde pudieran estar juntas y tranquilas Gemma y su maltrecha pelota. Así que pensé en verde y el 17 de agosto cargué la mochila caminó a la Cerdanya.
Primera parada Barcelona: Casa de los Verdú-Urdeix
Por cuestiones de incompatibilidad de horarios con el transporte público, necesitaba hacer noche en Barna y, en busca de ayuda, contacté con Rubén Verdú para ver si me prestaba un trozo de sofá o me asesoraba sobre algún hostal súper barato donde dormir. Con Rubén hacía 3 años que no nos veíamos y la última vez que nos habíamos visto fue prácticamente un suspiro; a Esperança la conocía sólo por sus geniales Segundos de esperanza y Facebook; pero pocos instantes después de mandarle el mensaje Rubén contestó: “Tú te quedas con nos. Et muntem el xiringuitu”. Reconozco que casi lloro de alegría.

Cuando llegué al Barri de Gràcia me paré en una esquina a revisar el google maps, y como era una esquina y el punto, es decir yo, no se movía, poco me ayudó el maps de las narices; así que me giré en busca de una persona humana a quien preguntar y a la que me doy la vuelta me encuentro de morros con Esperança y Boris parados en el semáforo. “Mira! Si jo anava buscant casa teva!!” (risas). Y así nos presentamos formalmente, entre risas.

Desde el primer momento me hicieron sentir como en casa, comentando la actualidad política, lingüística o artístico-teatral con Rubén y Esperança; siendo interrogada por Jasper, Nanuk y Boris (a su manera, tras perder la timidez del primer momento) mientras revoloteaban a mi alrededor enseñándome sus libretas y juegos, como si me conocieran de toda la vida y sin quitarse la sonrisa de la cara. Comimos y fuimos a dar un paseo al Parc de Collserola, y allí ocurrieron dos cosas que me sorprendieron. La primera encontrarme con una jabalí y sus 4 jabatos paseando, tan panchos ellxs, a menos de dos metros de nosotros.


La segunda, ya de regreso, en el metro, cuando Nanuk nos confesó en secreto a Jasper y a mí sus próximos inventos (que no puedo revelar porque para eso son secretos) pero que me dejaron total y absolutamente patidifusa y feliz, y que Esperança documentó maravillosamente, as usual.


Ya de noche me invitaron a ver The Double en la habitación de lxs cinco, Nanuk se encargó de colocarme entre Jasper y él, Boris cayó frito en su cuna y Jasper, de repente, me cogió de la mano y allí nos quedamos un rato, viendo la peli, tapados con el edredoncito y agarrados de la mano. 

Azucena Losana, una mejicana muy, muy estupenda que conocí en Buenos Aires dice que Sandro, uno de sus gatos, es un terrorista del amor porque te mira con esos ojazos que tiene y automáticamente te tiene a su merced, secuestrada irremisiblemente. Yo le voy a robar la expresión y se la aplico a estos 5 seres humanos estupendos y maravillosos, muy especialmente a los tres garçons, que se han quedado para siempre con un trocito de mi corazón. MUCHAS, MUCHAS, MUCHAS GRACIAS GUAPOS Y GUAPA!!

Los tres garçons, terroristas del amor.

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