viernes, 18 de julio de 2014

Correo ordinario

Al llegar a casa abro el buzón y allí estaba, no era una factura ni spam financiero ofreciéndome por enésima vez ampliar el crédito de mi tarjeta, tampoco era publicidad del súper. Era una CARTA. Una carta “de las de antes”, con su sello, mi dirección y la del remitente manuscritos con boli azul, con su cuño de la estafeta de correos. Hacía lustros que no recibía una carta por correo ordinario y me ha hecho una ilusión tremenda.

Me la manda mi amigo Magnus Castle, quien desde hace unos meses aguanta estoicamente y desde la distancia mis idas y venidas, mis bajones y también los momentos de euforia (que alguno ha habido). Dentro venían una nota y, muy bien envueltas, tres flores de nieve preciosas. Y yo feliç com un anís, encantada de la vida con mi carta, mis flores y un fin de semana estupendo por delante para recargar energías.

Mestre Magnus, ets un crack!


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